sábado, 30 de julio de 2011

Los pasos del placer

(Fotografía tomada de quepagina.com)

La sangre se agolpa en la punta de los dedos mucho antes de ingresar al lugar. Puede llegar a confundirse con un llamado de atención, pero es mucho más que eso. Es una excitación que recorre el cuerpo, lo mismo que el ambiente.
Es la calle Guerrero la que dibuja el recorrido, negro y húmedo como el pensamiento que nos conduce. Sólo los latidos del corazón son los que acompañan cda paso.
La numeración de las calles va en aumento, pero la Diez es el objetivo final, es donde todo lo que se queda atrás ya no interesa. Ni siquiera habrá tiempo para pensar en ello.

Lo que se puede admirar
Es un mundo tan humano que muchas veces provoca miedo. Un cálido recibimiento logra que uno pueda sentirse como en casa. La música es la que hipnotiza, o quizá son las siluetas que bailan, pero algo existe ahí dentro que cautiva al visitante y lo aprisiona. Ya no hay marcha atrás y es cuando uno se vuelve cómplice de la tentación.
El humo del cigarro se impregna en la piel y comienza la sensación de navegar en un océano de licor. Así como Ulises fue tentado por el canto de las sirenas, también aquí sucede lo mismo, a excepción de que las cuerdas que nos aprisionan son fáciles de deshacer, y se cae con rapidez en la trampa de la seducción. Todo gira en torno al dinero. La gente vale mas por lo que es capaz de derrochar.

El escenario nocturno
La camaradería es tan íntima que asemeja una gran familia. No interesan los orígenes, por eso se dice que de noche todos los gatos son pardos, porque aquí desaparecen las diferencias.
La pista es el centro de atención. Ahí sucede de todo, ya sea una simple plática con la mujer que cobra hasta por respirar, o bien es una plataforma de combate donde el perdedor es el ser que deja de existir.
Pero mientras la música siga sonando, lo demás no importa. Las mujeres son hermosas, es verdad, pero pudiera parecer que su belleza es tan sólo un disfraz, una armadura donde esconder la infinidad de heridas que la vida les ha causado.

Consuelo para todos
Corazones decepcionados abundan en la noche en busca de placer momentáneo. es muy sencillo ser asediado por la mujer, pues así es la ley que rige este ambiente, pero toda esta aparente realidad no es más que una ilusión, un sueño que es capaz de aniquilar a cualquiera cuando se logra despertar.
Queda estrictamente prohibido entregar el corazón. No es recomendable pues a nadie le interesa el sentimiento, o al menos no en este lugar.
Enamorarse aquí es morirse lento, enterrarse una daga tan despacio que la mayoría de las veces causa adicción. Se comprende que los seres que abundan en estos sitios son los mismos que se sienten rechazados por un mundo que según ellos no los comprende.

Vidas perdidas
La noche transcurre sin que nadie se lo cuestione. Muchos de los que entraron con ambición de conquistadores, ahora lucen abandonados en los rincones del lugar, como si se preguntaran acaso cuándo se les devolverá el tiempo perdido. A otros más se les reconoce el gran esfuerzo que realizan tan sólo por mantenerse en pie. El sueño captura a los más olvidados.
Una oscuridad a la que ya se estaba acostumbrando, termina repentinamente cuando se encienden las luces, anunciando que la cruda moral está por comenzar.
Todo parece haber terminado. Los que tuvieron suerte compartirán el sueño con alguien más, otros llegarán tarde a casa y los demás buscarán en vano entre sus bolsillos aunque sea sólo un centavo. El amanecer evoca recuerdos amargos. El cuerpo clama a gritos que se le dé descanso. La tristeza es visible en cada uno de los rostros. Se tuvo todo, y de nada sirvió. Se conquistaron mujeres que ya no están. Se hicieron amigos que nunca más se volverán a encontrar. Todo fue un sueño que terminará cuando se pise el camino de regreso.
Aquí se ha quedado la gran parte de lo que es y de lo que será también pues el recuerdo es ta tentador que tarde o temprano se vuelve a caer. Son los pasos que llevan a conocer lo prohibido. El camino ya está hecho, depende de nosotros, si obedecemos al instinto, a la seducción, pero sobre todo al placer.

(Nota publicada el 31 de julio del 2006, en el Periódico El Bravo de Tamaulipas).

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