domingo, 24 de julio de 2011

Contracara de un mártir





"No tengo paz, no tengo calma, no hallo descanso y el tormento me invade". Job 3, 26.

Entiende una cosa. Deja de mentir cuando dices no mostrar interés cuando hablan de ti. Deja ya de escudarte en los seres que amas. No son ellos los ofendidos. El problema eres tú. Tú eres el único que crea ese mundo de obstáculos donde aparentas vivir. ¿Recuerdas aquella bella relación, que no resultó más que un sueño, una ilusión? Despertaste y fue doloroso. ¡Pero detén de una vez por todas esa imagen de mártir que te has forjado! Quizás no eres tú el responsable de esto, pero tu silencio te enaltece a cada segundo y tarde o temprano perecerás en el más amargo de los orgullos. El temor es lo único que te ata a lo mundano. De aquí eres, nadie te ha corrido. Mucho menos se te obliga a marchar. Ya lo hiciste, y recuerda que tuviste miedo. Temías no terminar lo comenzado. Y aunque pudiste haber sido capaz de estar en donde más lo deseabas, decidiste volver a la cueva de los lobos, a ese sitio donde tu cabeza tiene un precio pero que hasta ahora nadie se ha atrevido a arrancarla de tajo, ni siquiera las ideas que ahí florecen. Lo prohibido causa apetito, y tienes un hambre atroz hacia todo lo que te rodea. Ten cuidado nada más. Sé temeroso, y todo lo que quieras en la vida lo obtendrás. Aún así tengas que quedarte solo, tendrás en tus manos todo aquello que has soñado. Se llama sacrificio, se llama batalla, y se llama voluntad, eso que te hace despertar y comprender que en la vida sólo hay dos cosas por cumplir, o luchar o luchar...No hay más.

A quienes provocan serios daños anímicos, que en vez de matar fortalecen.

No hay comentarios:

Publicar un comentario