domingo, 14 de agosto de 2011

Huxley y la búsqueda de tecnología



(Fotografía tomada de sin-gasolina.blogspot)
Hay un ambiente cargado de angustia y la presión empieza a recorrer la silueta de su cuerpo. Pero son las manos las que soportan toda esa tensión, son ellas las creadoras, las que escriben.
Las ideas se agolpan en la cabeza con tanta violencia, que resulta imposible que la pluma pueda reproducirlas en su totalidad. Pero hay un pensamiento que se ha mantenido fijo desde un principio y es el de abordar el tema que se le sugirió. ¿Ciencia y tecnología? ¿Cómo explicar algo que no conoce? Y sin embargo decide introducirse en el tema. Empezar a conocer.
¿Qué es lo más novedoso en el mercado? Teléfonos celulares, videograbadoras y todos aquellos descubrimientos que hacen, según muchos, la vida más cómoda. La tecnología estaba a su alrededor y hasta él mismo sin desearlo, se hallaba inmerso en ella. Pero no lograba hilar las ideas para notificar algo relevante. Por supuesto que es necesaria, de eso no cabía la menor duda. Pero su visión iba más allá, recordando historias de personas que ya habían visto esto que se está viviendo.
Recordaba por ejemplo al escritor inglés Aldous Huxley y su obra titulada: "Un mundo feliz", donde describía un panorama muy adelantado para su época, de lo que podría catalogarse como la otra humanidad. Aunque Huxley publicó su obra en 1932, era evidente su capacidad de premonición, pues la genética y clonación eran parte principal de su temática. Él también veía como Huxley, una sociedad futurista en donde todos los niños son concebidos en probetas y donde son condicionados a pertenecer a diversas categorías de población.
Dejaba el teclado y hojeaba el periódico para quitarse de encima esa angustia de no saber qué escribir. Ahí había un poco de ciencia: "Deplorable el veto e investigación en células madres embrionarias". Año 2006 y se vive como Huxley lo había predicho.
Hace de la tecnología su aliada y decide buscar algo sobre el tema.Se presenta frente al Banco de Cordón Umbilical y lee lo siguiente: "El nacimiento de un bebé es una experiencia única, y con los nuevos avances en el campo de la genética sabemos que el almacenamiento de la sangre del cordón umbilical del bebé, puede ayudarlo en el tratamiento de enfermedades que se presenten más adelante en su vida y ofrecerle alternativas importantes de curación utilizando sus propias células".
Interesante y asombroso a la vez, pero aún no encuentra un avance tecnológico que sea relevante. Y así desaparece el tiempo poco a poco, entre ir y venir, del pasado al futuro y volver al presente. Y no pudo salir del sueño que Huxley le heredó, el de ver un mundo repleto de avances tecnológicos pero sumido en una esclavitud donde el engranaje central es el hombre insensible, el que no cuestiona nada, sólo sobrevive en una era de consumismo que a punto está de asfixiarlo. Suficiente por el día de hoy.
Tecnología la hay y es indispensable. Gracias a ella pudo redactar esta idea y compartirla. Pero permanece en su sitio, observando el monitor y pensando en Huxley, células madre y humanos de probeta. ¿Cómo escribir sobre ciencia y tecnología? No es sencillo. Ambas nos rodean con una lentitud que no es posible percibirlas. Pero ahí están, somos parte de ellas, somos los engranes, las víctimas.

(Nota publicada el 12 de agosto del 2006, en El Bravo de Tamaulipas).

No hay comentarios:

Publicar un comentario